En el Siglo XVI, el renacimiento Italiano tuvo una influencia importante en la moda, imponiendo un estilo de capa corta, sin capucha; el birrete, sombreros con plumas y zapatos con punta roma y ancha, para los hombres. En el caso de las mujeres, usaban los conocidos vestido de faldas amplísimas, con varias capas de tela, las mangas de los vestidos también eran abombados, usaban gorguera rizada (adorno del cuello hecho de lienzo plegado y almidonado),
desde comienzos del siglo XVI, la gorguera adquirió suma importancia pues tomó una forma especial y típica de cuello rizado o escarolado, pasando a denominarse cuello o lechuguilla y su uso se extendió a los caballeros. [1] Usaban además la tradicional cofia en la cabeza, mantos, capas y jubones (prenda rígida que cubría desde los hombros hasta la cintura y que estuvo en boga en España en los siglos XV, XVI y XVII) [2] y cómo no, los infaltables corpiños.
A partir de la segunda mitad del siglo la
moda la impuso la monarquía Española, muy influenciada por la corte del
emperador Carlos I de España, el estilo marcado por esta monarquía era muy
sobrio y se caracterizaba por el uso de colores oscuros y pendas ceñidas que a
diferencia de los amplios vestido con vuelos y sobrefaldas, estos no tenían
arrugas ni pliegues, y su aspecto se torna más rígido, imponiéndose el uso de
verdugado en las mujeres. El verdugado era un tipo de saya acampanada que
llevaron las mujeres en el siglo XVI.
Estaba formada por un armazón de alambres madera o ballenas que le conferían su
forma característica.
Inventado en España, el verdugado se extendió posteriormente a toda Europa. En Inglaterra apareció en el 1545 y enseguida lo llevaron todas las mujeres de las clases acomodadas (dado su elevado precio). A lo largo del siglo XVII, se dejó de utilizar sustituyéndose por el mucho más aparatoso e incómodo guardainfante, una especie de falda extremadamente ancha. [3]
En el borde superior de la camisa se impuso un cordón que luego dio paso a
la gorguera explicada anteriormente, solo que en este caso ya no era rizada,
sino más delgada y lisa, conocida también como lechuguilla.
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